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La transformación ágil: Transformarse e innovar o ser obsoleto

En un nuevo escenario post pandemia donde las expectativas de los consumidores evolucionan a un ritmo acelerado, las metodologías ágiles ofrecen la posibilidad de adaptación constante y de proporcionar soluciones a medida, de manera eficiente, rápida y a bajo costo

El confinamiento prolongado provocó un profundo impacto en el funcionamiento de las empresas, forzándolas a repensar y reinventar la forma en que operaban para mantener la continuidad del negocio. Personalmente, experimenté este cambio en primera persona cuando fui testigo de cómo mi empresa, que antes se apoyaba en procesos analógicos y rígidos, se transformó en un entorno ágil y orientado al cliente: “innovar y transformarse o morir”, fue la consigna.

Aquellas que adoptaron enfoques ágiles lograron destacarse, ya que podían probar y pilotear ideas de manera rápida y barata, logrando así mantenerse más conectadas con sus clientes a pesar de las restricciones físicas. Las metodologías ágiles, como Scrum, a mi parecer se convirtieron en el motor de esta transformación. En lugar de los largos y engorrosos procesos por lo cual debía transitar una idea hasta llegar a ser real, ahora nos encontramos con equipos multifuncionales, colaborando estrechamente y entregando valor de manera continua. 

Por otra parte, la tecnología les otorgó a las empresas la capacidad de “brindar experiencias” a sus clientes, no solo vender productos y/o servicios, sino ofrecer soluciones adaptadas para cada caso, a la vez empoderando a los consumidores, quienes ahora esperan una experiencia personalizada. Como resultado, este enfoque ha cambiado de «esto es lo que podemos ofrecerte» a «cómo podemos ayudarte».

Como parte de la revolución digital, las metodologías ágiles también han impulsado la optimización de los procesos: cómo se hacen las cosas. La flexibilidad y la retroalimentación constante permiten a las empresas identificar áreas de mejora y ajustar su enfoque en tiempo real y a menor costo que las metodologías tradicionales. Esto se traduce en reducción de los costos derivados de procesos ineficientes y de maximizar el valor entregado.

Probablemente a futuro, surjan nuevas formas y metodologías, así como llegó la Inteligencia Artificial (IA), la cual revolucionó aún más la forma en que las empresas operan, interactúan con sus clientes y toman decisiones. Hoy en día, la adopción de metodologías ágiles, especialmente en el ámbito de los proyectos tecnológicos, se visualiza como una importante herramienta estratégica, en un mundo donde la transformación es la única constante.

Nota por: Leonardo Rosenmann